Las gafas de sol son mucho más importantes para tus ojos de lo que crees
Cuando el sol aprieta, no nos damos cuenta de que nuestros ojos están siendo agredidos por la radiación ultravioleta. Hemos aprendido a protegernos la piel de cuerpo, pero ¿hacemos lo mismo con nuestros ojos?
La gorra, la visera y, sobre todo, las gafas de sol son elementos fundamentales de protección de nuestros ojos ante la radiación que emite el sol y que a lo largo de la vida es absorbida por estos, provocando con el tiempo graves lesiones.
Todos los especialistas de la visión (ópticos, optometristas y oftalmólogos) coinciden en que las cataratas y la degeneración macular asociada a la edad son activadas por exceso de radiación. Muchos de nosotros no somos conscientes del riesgo, y no nos preocupamos de proteger nuestros ojos, y cuando lo hacemos recurrimos a cualquier gafa de sol como protección, o al menos eso es lo que creemos.
¿Somos conscientes de si usamos las gafas de sol apropiadas para que realmente nos protejan? Los últimos estudios de consumo publicados ofrecen este dato sorprendente: el 70% de los españoles compramos las gafas de sol en mercadillos, top manta o en comercios no especializado y sólo el 30% en establecimientos ópticos.
Muchos pueden argumentar que la ventaja es el precio, gracias al cual nos podemos comprar varias gafas de colores diferentes para combinar con la ropa. Pero esas gafas nos pueden salir caras, sus cristales no cumplen la misión principal de proteger al ojo de la radiación del sol. Si se observan a través de un aparato óptico se van manchas que se traducen en distorsiones en nuestra visión. Algunos tienen hasta algo de graduación, lo que provoca mareos. En conclusión: muchas no están homologadas.
Los especialistas de la visión coinciden en afirmar que es mejor no llevar nada que este tipo de gafas. Advierten de que una exposición al sol con ellas puede provocar cataratas y lesiones en la retina.
Los ópticos insisten en que las gafas de sol en niños no son un juguete. La protección del sol es más necesaria, pues su salud visual es más vulnerable que en un adulto, ya que antes de los 18 años reciben un 80% de la radiación dañina, ya que a esa edad es cuando el cristalino termina de formarse.
La gafa de sol es un elemento de protección de los ojos; puede ser un complemento ligado a la moda, pero nunca debemos olvidar que la misión principal es proteger los ojos contra las radiaciones nocivas del sol sin que ello afecte a la visión, la apreciación de los colores y el contraste de la imagen por parte del usuario.
La legislación europea considera las gafas de sol como equipo de protección individual (EPI) y las somete a una normativa que establece exigencias de calidad de obligado cumplimiento para incorporar la marca CE. Una buena gafa de sol debe implicar la garantía y la información que solo en un establecimiento de óptica a través del profesional óptico optometrista puede facilitarle para usarlas correctamente y protegiendo sus ojos de forma eficaz.